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Un año sin usar cremas y cómo mi piel mejoro

¿Sabías que existen personas que le temen a los sueros y aceites en la cara?, bueno yo era una de ellas. Me daba miedo la idea de generar más sebo porque mi piel ya es grasa y toda la vida lidié con acné, así que trataba de no “alterarla” para evitar esos brotes indeseados. Mi rutina de la piel era muy básica: lavar con jabón y crema comercial de esas que no cuestan más de 100 pesos y listo. Desde muy chica empecé a "cuidar" mi piel porque mi mamá me inculcó que antes de aplicar maquillaje había que utilizar una crema para hidratar, pero hasta ahí llegaba mis conocimientos y a pesar de mis esfuerzos mi piel no era buena. Pero esta semilla de cuidar la piel ya estaba sembrada en mí.

Cuando llegue a mis 30s me di cuenta que realmente esas cremas no estaban haciendo mucho y mi piel que era grasa, tendía a sentirse apagada y sin vitalidad. Invertí más en cremas, compré algunas más caras, antiedad, con colágeno, para el contorno de los ojos y de repente mi rutina básica era más cara y con casi los mismos resultados. Cuando empecé a trabajar en AHAL, me topé con mi mayor enemigo: sueros y aceites faciales, o bueno, los que yo creía eran mi enemigos. 

Claro que sí iba a colaborar tenía que conocer los productos y valores de la marca y oh boy! mi primer reto fueron los sueros (de los demás productos me enamoré al instante, deje mis cremas a la mano por si acaso y empecé a utilizar suero kalahari, casi casi de puntitas. Apliqué con mucho cuidado y muy al pendiente de cómo reaccionaba mi piel... cuál fue mi sorpresa que el suero era muy ligero y de fácil absorción, seguí aplicado y a diferencia de las cremas que me daban una sensación de hidratación inmediata, el suero iba lento pero sentía que algo estaba funcionando. 

Seguí adelante y para cuándo me di cuenta ya estaba por terminar el primer suero facial de mi vida y mi piel estaba transformándose por completo. Ahora más confiada probé Marula, y bueno rápido entendí porque es un best seller… mi piel terminó su “renacimiento” 😂 sin darme cuenta ya habían pasado meses sin utilizar cremas y estaban ahí sentadas esperando. 

La realidad es que las cremas nunca hicieron por mi piel lo que los sueros faciales hicieron en unos meses.

Mi piel: 

✨ Encontró su equilibrio

✨ Logré controlar el acné y los brotes hormonales eran menores 

✨ Mi piel adquirió un brillo que no conocía

✨ Con la ayuda de la mascarilla de tepezcohuite mis cicatrices por el acné desaparecieron en este año 

✨ El tono y la elasticidad mejoró al mil, siento mi piel más joven que a los 20s

✨ No sabía que los aceites con buenos ingredientes regulan el sebo, pero sí… mi grasa también mejoró

✨ Las manchitas en mi piel disminuyeron 

Todo esto sucedió el año que dejé de usar cremas y le di la oportunidad a los sueros faciales. Mi piel no podría estar más agradecida, se convirtieron en mis grandes aliados y ahora no los dejaría por nada, las cremas se quedaran por siempre esperando porque me fallaron 🙊 Estoy por cumplir 34 años y mi nuevo mejor amigo es Opuntia, el cual vino a completar mi rutina y mi piel se siente estiradita de una forma muy natural. No te miento cuando te digo que mi piel está mejor que cuando tenía 20s, ahora recibe cumplidos y se siente libre. Además, el sentimiento de que estoy nutriendo a profundidad con ingredientes limpios y naturales me inspira hacer cambios en mi vida, es como si los sueros hubieran sido el primer paso a una vida de bienestar y consciencia. 

Esta es mi experiencia, pero claro… nunca dejes que alguien te cuente, haz la prueba 😉 cambia de ingredientes y sé testigo de cómo tu piel se transforma. 

Por Vianey Gutiérrez - Ex enemiga de los sueros faciales 

AHAL Team



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